jueves, 5 de julio de 2012

el fenómeno del niño


Durante cientos de años los pescadores artesanales de Paita, en la costa norte del Perú, habían percibido una contra corriente caliente que anualmente venía desde el norte. Por unas pocas semanas ella se sobrepone a las aguas frías, que se desplazan hacia el norte, correspondientes a la Corriente de Humboldt. Durante esos períodos cálidos la pesca es menos abundante, por lo cual los pescadores frecuentemente se toman un descanso para reparar sus equipos y pasar más tiempo con sus familias. A fines del Siglo XIX, la corriente recurrente se había hecho conocida como Corriente del Niño, o solamente El Niño. Este nombre correspondía al del Niño Jesús, en referencia a que normalmente aparecía alrededor de la Navidad. Confusamente, sin embargo, éste no es el mismo "El Niño" que nosotros conocemos hoy.
Cada ciertos años, esta contracorriente cálida se extendía más hacia el sur y en esas ocasiones duraba algunos meses y traía consigo excepcionales lluvias. A los pescadores esto le significaba tiempo infructuoso, por la traumática reducción de la captura de peces. Para los residentes alrededor de Piura, situada tierra adentro de Paita, estos mismos meses eran vistos como tiempos de plenitud pues, "... la tierra desértica es empapada por intensas precipitaciones", de acuerdo a una descripción del evento El Niño de 1891 y "en unas pocas semanas el país es cubierto por pastos abundantes. El aumento natural de la masa ganadera prácticamente se duplica y el algodón puede ser plantado en lugares donde en otros años parece imposible tener vegetación." No parece extraño entonces que esos períodos fueran catalogados como años de abundancia o años de aguas.